El McLaren 675LT, lanzado en 2016, es un tributo a la herencia de carreras de la marca y un ejemplo destacado de su compromiso con la innovación. Este superdeportivo, limitado a solo 500 unidades en todo el mundo, es una versión más ligera, más rápida y más enfocada del ya impresionante 650S1. Con un peso de solo 2,927 libras2, el 675LT es una máquina que desafía la gravedad con su relación peso-potencia, lo que le permite entregar una aceleración que te pega al asiento y una maniobrabilidad que parece desafiar las leyes de la física.
Bajo el capó, el 675LT está equipado con un motor V8 biturbo de 3.8 litros que genera 666 caballos de fuerza y 516 lb-ft de torque2. Esta potencia se transmite a través de una transmisión automática de doble embrague y siete velocidades, que ha sido afinada para ofrecer cambios más rápidos y una experiencia de conducción más intensa3. El resultado es un vehículo que no solo acelera de 0 a 60 mph en menos de 3 segundos, sino que también ofrece una experiencia de conducción que es tanto visceral como refinada.
En términos de diseño, el 675LT presenta una serie de mejoras aerodinámicas sobre el 650S, incluyendo un alerón trasero extendido, el cual le da el nombre de “Longtail” (cola larga). Estas mejoras no son solo estéticas; contribuyen a un aumento del 40% en la carga aerodinámica, lo que se traduce en una mayor estabilidad y agarre en altas velocidades1. El interior del 675LT refleja su enfoque en la performance, con asientos de carreras y una abundancia de fibra de carbono que subraya su carácter deportivo.
Sin embargo, el 675LT no es perfecto. Su exclusividad y precio lo hacen inaccesible para muchos, y aunque su rendimiento en la pista es excepcional, puede no ser el supercar más práctico para el uso diario. Además, algunos críticos han señalado que, a pesar de su impresionante rendimiento, el 675LT puede no ofrecer la misma conexión emocional que otros superdeportivos en su rango de precios1.
